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Mi gran amigo… mi hermano: Eduardo González Nabte

Eduardo explicando los grabados en el Juego de Pelota de Chichen Itza

Eduardo González Nabte, nació en el entonces pequeño pueblo de Muna, situado en las faldas de la Sierrita Puuc, en Yucatán, a sesenta kilómetros de Mérida, como todos los niños del pueblo todos los días muy temprano salía a cortar leña para el uso de la casa, antes de ir a la escuela.

En esta tarea se internaba machete en mano y tira hule en la cintura entre la maleza, hierba alta, arbustos llenos de espinos y grandes árboles como el zapote, catzines, ceibas, hasta localizar el arbusto deseado para hacer leña, que atada con un bejuco llevaba a casa sobre sus espaldas. El calor cotidiano le producía sed y con las manos juntas en forma de jícara bebía el agua que encontraba entre piedras, en una sarteneja o grandes lagunas artificiales llamadas akalches que sus antepasados construyeron. Frecuentemente iba acompañado de abejas de los apiarios vecinos. Durante estas largas caminatas el niño recogía frutos silvestres que encontraba en el camino desde Ciruelas, Chu’m, o Piñuelas, Naranjitas de San José, del tamaño de una canica y más agrias que dulce, Guayas en lo alto de los árboles, u otros que algún mamífero dejaba abandonada en el camino. También le servían para orientarse los edificios mayas o pequeños ranchos abandonados; y frecuentemente se encontraba con alguna vaca perdida, un venado, otros animales o serpientes en su hábitat natural.

De regreso a casa, justo detrás del Convento de San Antonio, Eduardo se daba un baño de agua fría que su mama había preparado en un cubo, apenas tenía tiempo para comer un taco a toda prisa y a correr para llegar a tiempo a la escuela primaria llevando a su pequeña hermana de la mano.

Beto Gómez y Joaquin García, dos antiguos guias en Yucatán

Eduardo desde niño era el hombre de la casa, su padre trabajó en la construcción y reparación de carreteras, todos los lunes muy temprano salía con los otros trabajadores del pueblo y regresaba el sábado por la tarde o noche dependiendo de qué lejano estaba el campamento, en cualquier punto de la península.

De su abuela y de su mamá, el niño sin notarlo aprendió la herbolaria que utilizaban en casa para prevenir y curarse de los males comunes de la región, extremadamente calurosa y húmeda. La mamá era muy conocida en el pueblo por la medicina y por sus conocimientos que muchos llaman magia, otros esoterismo y otros sin poder dar un nombre acertado; le iban a consultar a su casa. Pero también aprendió a hacer milpa, cocinar, hacer tortillas, traer agua del pozo, y tantas cosas más.

Cuando era niño, tenía el lujo de tener un par de focos para iluminar la casa, pero a las diez de la noche la Planta eléctrica dejaba de funcionar. La casa de estilo tradicional yucateco estaba situada en una calle sin pavimentar. Únicamente alrededor de la plaza estaban las calles adoquinadas y parte de ellas eran las carreteras, naturalmente la falta de servicios públicos era notoria. Alrededor de la Plaza, estaban: el Palacio Municipal, el local del cine – sin techo – que funcionaba únicamente los sábados en la noche cuando no llovía, la tiendita de abarrotes básicos y la cantina del pueblo.

Un templo maya en el sitio de X´lapac

Pero el pequeño era curioso, le gustaba leer. Así un día que no recuerda, comenzó a aprender el Inglés, escuchaba boquiabierto a los guías de turistas que en camino a Uxmal se detenían a visitar “un pueblo típico yucateco”, tomar fotografías y platicar en las bancas del parque bajo los grandes laureles que dan una sombra fresca. Justo enfrente del parque vivía su héroe. D Héctor Arana, quien hacia excursiones y aventureras todo el año, y quien por la tarde se sentaba en la puerta de su casa en un sillón, con la mejor vista del pueblo: El Parque y el Convento Franciscano del Siglo XVII. En aquellos años en la mayor parte de los pueblos yucatecos únicamente se escuchaba hablar maya, las señoras vestían siempre el cómodo huipil, la gente se movía a pie o en bicicleta, no había prisa. De cierta forma Muna era un pueblo privilegiado; en el parque se detenían los autobuses de la Ruta Mérida – Chetumal, que pasaban por varios poblados importantes, así tenían un transporte seguro y puntual. También se detenían los autobuses a Campeche, aunque eran menos frecuentes.

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Un guía, Sr Carrillo con su Jeep

Viajando constantemente, el niño se convirtió en joven, se inscribió en la Escuela para Guías de Turistas; al término del segundo año presentó el examen de Ingles y empiezó a trabajar en un ambiente nuevo y totalmente desconocido. Pronto aprendió el Francés y trabajó los circuitos que recorren todo México, tres semanas con turistas franceses.
Poco tiempo después empieza a trabajar en una gran empresa mexicana de turismo. Viajes Bojorquez, como responsable de los charters franco canadienses, que casi todos los días llegan o salen de Cancun. En su tiempo libre Eduardo empieza a estudiar Italiano, todavía es muy joven, no llega a los 30 años

Eduardo y Carla se conocen

Así, un buen día, sin pensarlo, va al aeropuerto a buscar un grupo, y conoce a una joven y rubia señorita. Su nombre es Carla, y Eduardo quedo flechado aprimera vista. Después de unas semanas, Carla regresa a Cancun, donde se casan y permanecen durante dos años. Finalmente ambos acuerdan fijar su residencia en Montreal. Y aunque el maya permanece como su primera lengua, el Inglés y el Francés van a ser muy importantes en su vida diaria. Eduardo no cesa de estudiar; después de trabajar todo el día asiste a la escuela nocturna donde obtiene su Diploma de Experto en Comercio Internacional.

La familia poco a poco crece; primero los hijos Michael y Mitchell; durante todos estos años la familia viene a Muna a visitar a los abuelos en a la casita de paja atrás de los altos muros del Convento. El abuelo, ya jubilado, disfrutaba conversar con los niños – cada uno en su propio idioma – duermen en la hamaca, comen tortillas calientes saliendo del comal, con sal, que la abuela les preparaba. A la hora del almuerzo, comen el puchero o el frijol con puerco, siquilpac, o lo que hay a la mano. También salían a convivir con los niños del vecindario o los primos; así pasaban volando las vacaciones
Mitchel tiene tres hijos – Sophia, Matias, y Penelope – y Michael cuando le anuncia que Carla y Eduardo que van a ser abuelos otra vez, le preguntan a Eduardo si desea, el nieto se llame como él. Eduardo les responde,” No, con el González basta. Así llegan Hunter e Isabella.

Eduardo con sus 5 nietos

¡Que bella familia – nuestro cariño y admiración!

CHENES

HELEB U… LA LUNA…

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Pequeño escrito donde hablamos de la importancia de la Luna tanto para los antiguos mayas como para sus descendientes actuales… así como de algunas creencias, costumbres y tradiciones relacionadas con la Luna, o mejor dicho con Heleb U…

 

Solo de click aquí

Santa Elena Nohcacab, Yucatán

Rememorando la lectura de «Incidencias de un viaje a Yucatán» de Stephens, en donde narra sus aventuras y penas en la región Puuc junto a Catherwood y el Dr. Cabot, volvimos a visitar algunos de los sitios que ellos recorriendo hace poco más de 170 años.

Entre estos sitios se encuentra el pueblo de Nohcacab, como aparece en los mapas de posesiones de los príncipes Xiú. Conocido en nuestros días como Santa Elena, así como X’coox, Mulchic, lugar en donde se encontraron frescos con diferentes personajes mayas, y otros sitios arqueológicos perdidos en la selva baja de Yucatán.

Descubra más sobre el tema dando click aquí

sacbe-yaxche

¡KO’ONEX YUCATÁN!

Conozca a Don Víctor Ayuso Durán,  «El Bicho» o «June bug», otro de los turisteros de nuestro Estado. Originario de Muna, en 1959 a poco tiempo de haberse casado se inicia en la actividad turística como empleado del Hotel Mayaland  para después convertirse en guía residente, siendo hasta nuestros días guía de turistas en el área maya.

Conozca más acerca de Don Víctor así como de algunas palabras y números mayas. Sólo de clic aquí.

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Interesante

Conozca al descubridor del Asiento del Jaguar, lo que sintió al entrar por primera vez a las grutas de Balamcanché, así como de sus inicios en esta bella actividad llamada turismo.

Sólo de clic aquí

JOSE HUMBERTO GOMEZ RODRIGUEZ  (3)

Bienvenidos

A travéz de nuestro blog podrán conocer un poco acerca de la historia del turismo en nuestro Estado, desde sus inicios en el siglo XIX, por medio de exploradores como John L. Stephens, pasando por la actividad turística de los años 50′s hasta la época actual.

Si usted tiene alguna anécdota, historia o fotografía de los que participaron en la actividad turística, enviénosla y será añadida a la presente reseña.

Gracias por su cooperación.

Joanna y Jorge Rosado